Ciencia para impacientes

martes, noviembre 13, 2007

Mendeléiev: Un breve homenaje en el centenario de su muerte (II)

“La razón no es enemiga del corazón, le sirve de ojos. No deis nada por los ojos, ni por los más dulces, ni por los más tiernos; pero por el corazón, dadlo todo. No busquéis la inteligencia, ni la apariencia exterior: elegid por compañeros el corazón y el trabajo”.

De la carta que Mendeléiev escribió a sus hijos Vladímir y Olga en 1884, tras su segundo matrimonio.


Versión de la Tabla Periódica de los elementos que aparece en el sello “Tabla Periódica de elementos de Mendeléiev” que emitió el 2 de febrero de 2007 el Servicio de Correos español para conmemorar el centenario de la muerte del químico ruso. En ella destacan cuatro huecos correspondientes a los cuatro elementos que aún no se habían descubierto cuando Mendeléiev propuso su Tabla Periódica (1869) y cuya existencia y propiedades predijo con gran precisión.Pocos años más tarde, en 1865, y con sólo 31 años, Mendeléiev fue nombrado profesor de Química de la Universidad de San Petersburgo. Conservamos las impresiones de los alumnos que tuvieron la fortuna de asistir a sus clases. Uno de ellos comentaba: “Siendo yo estudiante en 1880, luchaba a brazo partido, como todos mis compañeros, para entrar en el anfiteatro en que Dimitri Ivánovich daba los cursos ¿Quién no lo recuerda? […] Una poderosa voz de barítono, una dicción maravillosa, hermosos gestos muy expresivos, muy personales, un estilo muy original, tan pronto lento, tan pronto rápido, obedeciendo al vuelo armonioso de su espíritu, aquello impresionaba al auditorio y el anfiteatro de Mendeléiev estaba siempre lleno”.
Unos años más tarde, en el curso 1890-1891, se produjeron algunos altercados debido a los intentos de los estudiantes de democratizar la Universidad. En cierta ocasión en la que la policía había rodeado la Universidad y para evitar males mayores, Mendeléiev se ofreció a llevar las demandas de los estudiantes ante el Ministro de Instrucción Pública. Éste se negó a admitir ninguna de las demandas que el ilustre profesor había llevado ante él. Inmediatamente, Mendeléiev presentó su dimisión como catedrático de Química por el compromiso que había adquirido con los estudiantes y que no pudo satisfacer.


El 3 de abril de 1890 el aula en la que enseñaba Mendeléiev estaba llena. Era su último día como profesor de la Universidad de San Petersburgo y nadie, estudiante de Química o no, quería perderse la última clase del profesor de Tobolsk. Afortunadamente, alguno de aquellos estudiantes tomó nota de aquellas palabras que ahora traigo hasta aquí. Esto es lo que decía Mendeléiev: “He conseguido una libertad interior. No hay nada en el mundo que tema decir. Nadie ni nada puede hacerme callar. Es un buen sentimiento. Es el sentimiento de un hombre. Quiero que vosotros tengáis también este mismo sentimiento –es mi responsabilidad el ayudaros para que logréis esta libertad interior. No se trata de descerrajar la puerta del templo y arrancar la cortina detrás de la que se ocultaría la verdad. No hay nada, eso son fábulas, palabras vacías. No existe nada semejante, no hay cortina. La verdad no está oculta a los hombres, está entre nosotros, esparcida por el universo”.

Sin duda, la gran contribución de Mendeléiev es la Tabla Periódica cuyos elementos siguen estudiándose ordenados en grupos y periodos en los colegios de todo el mundo. Hoy la Tabla Periódica es protagonista de clases de ciencias, laboratorios, libros de Química, e incluso logotipos, camisetas y ahora sellos de correos. Como tantas cosas en la vida de Mendeléiev, el descubrimiento de la Tabla Periódica fue también algo extraordinario. De hecho, en palabras del propio Mendeléiev: “En un sueño, vi una tabla en la que todos los elementos encajaban en su lugar. Al despertar, tomé nota de todo en un papel”. Esta visión ocurrió tras tres días con sus noches tratando de ordenar los elementos en familias de acuerdo a sus propiedades químicas. Para ello utilizó tarjetas que utilizada como cartas, juego al que era muy aficionado, en lo que podríamos llamar una versión química del solitario. Vencido por el cansancio, al cerrar los ojos, todo aquel galimatías cobró sentido en su cabeza.

Anteriormente, se habían propuesto otras tablas periódicas, en general menos completas o con errores importantes; pero la razón por la que todo el mundo reconoce a Mendeléiev como padre de la Tabla Periódica es que se dio cuenta de que algunos elementos aún no se habían descubierto y que por lo tanto era necesario reservar un sitio para ellos. Este pensamiento genial se destaca en la versión de la Tabla Periódica de este artículo y que aparece en el sello que el Servicio de Correos emitió el 2 de febrero de 2007 para conmemorar el centenario de la muerte del gran químico ruso. Pero Mendeléiev no se quedó ahí, sino que dio un paso de gigante cuando predijo con gran precisión las propiedades de los elementos que aún no se habían descubierto. Poco después, en 1875, el químico francés Paul Émile Lecoq de Boisbaudran descubría el galio, uno de los elementos que Mendeléiev había predicho. Este hecho sirvió para confirmar la teoría de la periodicidad de los elementos del químico ruso. Pero había un problema. A pesar de que las propiedades que Mendeléiev había adelantado para este nuevo elemento coincidían con gran precisión con las propiedades que el químico francés había medido, la densidad experimental era de 4,7 g/cm3 muy inferior a los 5,9 g/cm3 que había predicho Mendeléiev años antes. De nuevo, nuestro protagonista dio muestras de su carácter impetuoso y publicó que su teoría era correcta y el francés debía estar utilizando una muestra impura del nuevo elemento. Esto molestó profundamente a Lecoq de Boisbaudran quien repitió sus medidas para desmentir al ruso. Pero no estaríamos ahora hablando de Mendeléiev sino fuera un verdadero genio; las nuevas medidas dieron exactamente los 5,9 g/cm3 predichos por el padre de la Tabla Periódica.

Para saber más:

Primera parte

En la web:

[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Dimitri_Mendeleyev

[2] http://web.educastur.princast.es/proyectos/fisquiweb/Mendeleiev/BioMendeleiev.htm

Libro recomendado:

Pascual Román Polo, El profeta del orden químico. Mendeléiev. Editorial Nivola, Tres Cantos, 2002.



Javier García Martínez

Categoría: Historia

7 comentarios:

Unknown dijo...

Muy buena entrada Javier. Me encanta el sello que diseñaste para correos, enhorabuena!
Las palabras del Mendeléiev, me paracen un tributo para las personas que se encargan de formar a los nuevos científicos.

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Nice post!! thanks for sharing!

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Me gusta mucho leer este tipo de post porque son muy educativos y ademas hablan de mucha historia.

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me encanta este frase, y es que es tan cierta que como cualquier otro ser humano que realmente use la razon se dara cuenta que la razon y el corazon van de la mano, no podemos ser todo el tiempo como robots programados de vez en cuando hay que actuar de acuerdo a los dictados de nuestro corazon.