El pasado verano vivimos la edición del Tour de Francia más desconcertante que se recuerda. De hecho, aún no conocemos el vencedor de la carrera y es muy probable que el hombre que subió al primer peldaño del podium de los Campos Elíseos de París, Floyd Landis, sea desposeído del título por consumir testosterona durante la prueba. Sin embargo, por ahora esta sanción sigue en suspenso ya que el ciclista norteamericano está defendiendo su inocencia cuestionando la validez de los controles antidoping que se le efectuaron. Alega que, el día anterior a la etapa en que dio positivo, bebió whisky con sus compañeros (para sobrellevar un mal día en la carrera) y esta ingesta varió de forma natural sus niveles de testosterona. ¿Será esta coartada suficiente para librarle de la sanción? No debería, el test CIR (siglas en inglés de Proporción de Isótopos de Carbono) no deja lugar a la duda.
Hasta hace pocos años, el doping por testosterona sólo se podía detectar en muestras de orina midiendo la cantidad de esta sustancia en relación con un compuesto llamado epitestosterona. Este método tenía una eficacia relativa ya que esta proporción es anormalmente alta de forma natural en ciertas personas y puede verse temporalmente alterada por distintos motivos, como una deshidratación o el abuso del alcohol que aduce Landis en su defensa. Sin embargo, este confuso método ha sido sustituido en los últimos años por el test CIR, mucho más preciso y que es capaz de diferenciar la testosterona sintética de la segregada por el propio individuo. ¿Cómo es esto posible si se trata de la misma molécula? Para entenderlo hay que saber lo que es un isótopo.
Si miramos una tabla periódica, enseguida descubriremos que todos los átomos de un mismo elemento tienen un número fijo de protones en su núcleo. No ocurre lo mismo con la cantidad de neutrones, que puede variar dando lugar a los distintos isótopos de un elemento. Por ejemplo, el carbono tiene tres diferentes isótopos ya que, aunque en su núcleo siempre se encuentran 6 protones, puede tener 6 neutrones (el llamado carbono 12, el más abundante en la naturaleza), 7 (carbono 13) u 8 (el carbono 14, famoso por su utilización para la datación de objetos). El test CIR es capaz de analizar la cantidad de cada isótopo de carbono que se encuentra en un determinado compuesto y aprovecha que su proporción cambia según las diferentes zonas geográficas del planeta para descubrir si la testosterona de una muestra es segregada por el cuerpo del deportista o ha sido fabricada sintéticamente e inyectada en su cuerpo.
Habitualmente, las compañías farmacéuticas sintetizan la testosterona a partir de moléculas provenientes de plantas de la misma familia que la soja. Curiosamente, estas plantas pertenecientes a climas calurosos tienen una proporción de carbono 13 menor a las que habitan climas más templados ya que procesan el carbono de manera diferente. Como en nuestra dieta abundan mucho más estas últimas, si parte de la testosterona que se encuentra en la orina del deportista es sintética, dará una relación isotópica diferente al resto de hormonas analizadas en la misma muestra y el tramposo es cazado. Es lo que este año les ha ocurrido a Floyd Landis y al velocista Justin Gatlin, explusmarquista de los
Analizando el funcionamiento del test CIR, podría pensarse que un deportista que se alimentase de manera abundante con productos derivados de la soja, como el tofu, sería capaz de enmascarar su doping. Según los científicos que diseñaron el test en el Laboratorio Olímpico de
Para finalizar, una última curiosidad que pone de manifiesto la continua interrelación entre ciencia básica y aplicada. El hombre que utilizó por primera vez la técnica en que se basa el test CIR no era médico ni pretendía frenar el fraude en el deporte. Se llama John Hayes, es químico marino y en los años 80 investigaba algo tan lejano del deporte como determinar si restos de microbios que una vez habitaron los océanos se nutrían del dióxido de carbono disuelto en el agua o del metano que emergía de los sedimentos de los fondos marinos.
David Sucunza Sáenz
Categorías: Ciencia, Deporte
8 comentarios:
Buena entrada!
Una curiosidad: Si la distinta distribución isotópica entre la testosterona propia y la inyectada viene exclusivamente de las diferentes zonas geográficas de una y otra, ¿qué ocurre cuando las dos coinciden? Por ejemplo, si se sintetizara a partir de plantas criadas en el mismo pais que el atleta, ¿podría doparse sin riesgo de ser pillado? ¿Y si el atleta proviene de esos "climas calurosos" de donde provienen las plantas?
Pues no estoy del todo seguro, pero tal parece que si te alimentases únicamente de plantas C3 igual sí que podrías burlar eltest. Aquí hay más información:
http://pipeline.corante.com/archives/2006/08/01/ testosterone_carbon_isotopes_and_floyd_landis.php
Y se me ocurre otra forma (probablemente carísima) de burlar el test: extrayendo la testosterona de humanos, concentrándola y reinyectándotela. ¡Viva el deporte!
Ah, se me acaba de ocurrir una posibilidad según la cual aunque te alimentes principalmente de plantas C3 no puedas "timar" en el test: si tu cuerpo no es capaz de fabricar la testosterona a partir de los fitosteroles de esas plantas (que son la materia prima para la testosterona "artificial"), y prefiere usar otras fuentes (por ejemplo, el colesterol, que es de origen animal). Pero la de los humanos, seguro que no falla (hmm, que rica la "soylent-testosterona"...)
Efectivamente, siempre hay recursos para hacer trampas y basta con sintetizar la testosterona desde otra fuente (algo que probablemente encarece bastante el producto).
En cualquier caso, para Floyd Landis estos consejos llegan tarde.
Yo también pensé en que usar testosterona humana podía ser un modo de burlar el test, pero si no lo han hecho, no creo que sea por dinero, sino porque no se puede. He investigado un poco en la web, y parece ser que la testosterona se aplica usualmente por medio de parches http://martiperarnau.blogspot.com/2006/07/ojo-al-parche-de-testosterona.html, y no en forma pura, sino de ester http://www.timinvermont.com/fitness/ester.htm, para que pase gradualmente al músculo del "deportista". Y parece ser que los ésteres también dejan comprometedores residuos en un análisis de sangre.
Como dijo Bender: ¡muy buena la entrada!
We have linked this into our roundup of Landis related news. Your presentation here reflects the position of the ADA, but may not be the truth. The CIR turns out to be quite tricky, and there is emerging evidence that it was done incorrectly by the LNDD.
(por babelfish: Hemos ligado esto en nuestro rodeo de las noticias relacionadas Landis. Su presentación aquí refleja la posición del ADA, pero puede no ser la verdad. El círculo resulta ser absolutamente difícil, y hay evidencia que emerge que fue hecha incorrectamente por el LNDD. Los detalles pueden ser encontrados en la confianza sino verificar.)
Details can be found at trust but verify.
Gracias,
TBV
Nuevas noticias sobre el ciclista, Detectan testosterona sintética en la orina de Landis (Publicado en elmundo.es 23/04/2007.
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